Hermandad de culto cargadores y Sahumadoras del señor del consuelo y del señor de los milagros

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martes, 16 de diciembre de 2008

HISTORIA EL SEÑOR DEL CONSUELO Y DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS DEL CALLAO

FOTOS DE RECUERDO DE LA DÉCIMA TERCERA CUADRILLA





















La imagen del Señor del Consuelo, se veneraba antiguamente en la iglesia de la Inmaculada Concepción de los Reverendos Padres Descalzos de la Concepción, hasta la fecha se mantiene esta devoción, en el nuevo Templo que se construyo entre 1954 y 1957, y se llama actualmente iglesia "Inmaculada Concepción Templo Faro", ahora de los PP. Franciscanos.
Era tal la cantidad de seguidores que tenia el "Rey Misionero", que un grupo de devotos encabezado por el Señor Germán Zegarra, secundado por los señores Juan Siguas y Roberto Laya, tuvieron la feliz idea de fundar la Hermandad del Culto, Cargadores y Sahumadoras del Señor del Consuelo.
Bajo el auspicio de Monseñor Leonardo Rodríguez Ballón y con la decidida cooperación del Reverendo Padre Fray Pablo Bernabé, fue posible su definitiva fundación el 14 de agosto de 1944.
Sus fines como su nombre lo indicaba, estaban destinados a rendirle culto a su divino Patrón.
Fue nombrado por el Reverendo Padre Provisional, Fray Luis Arroyo, como Director de la Hermandad, el Reverendo Padre Fray Pablo Bernabé
El culto al Señor de los Milagros, es uno de los más antiguos y multitudinarios de América. Sin duda, una de las mayores manifestaciones de la fe católica que ha trascendido el paso de los siglos. Considerado como Patrono de la ciudad de Lima y Protector contra los temblores, el Señor de los Milagros ha calado hondo en la vida y costumbres de los devotos peruanos.
El pueblo Chalaco, también lo venera, y se encuentra en la iglesia "Inmaculada Concepción Templo Faro", de los PP. Franciscanos.
La entidad encargada de la organización de las Festividades y Cultos, en Honor al Cristo Moreno, es la Hermandad de Culto y Cargadores del Señor del Consuelo y Señor de los Milagros del Callao, fundada el 18 de noviembre de 1972, y reconocida oficialmente el 20 de enero de 1974.

La devoción al Cristo de Pachacamilla en el Callao, no es de este siglo, data desde mediados del siglo XVII, como dato curioso transcribimos la historia de la señora Antonia Maldonado, tomados del Libro "El Señor de los Milagros" escrito por el señor Guillermo Niño de Guzmán, en febrero del año 2000.

La señora Antonia Maldonado, nació en Guayaquil en 1646, se trasladó con su madre al Callao donde se casó con el artillero Alonso Quintanilla en 1676. Era una mujer de costumbres muy pías, lamentablemente enviudo prematuramente y por ello se entrego por completo a la vida religiosa.
Con la ayuda de su confesor y de un donante, Antonia Maldonado logró fundar un Beaterio de Nazarenas en el Callao. Y fue hacia 1677 ó 1678 que, con licencia eclesiástica, comenzó a vestir el hábito morado con el cual, tiempo después, se identificaría el culto al Señor de los Milagros. El beaterio funcionaba normalmente hasta que surgieron dificultades, con la familia del donante, lo cual obligó a la madre Antonia a mudarse a Lima, donde fue alojada provisionalmente en el Beaterio de Franciscanas de Santa Rosa de Viterbo. Al poco tiempo la madre recibió la donación de 12,000 pesos para la fundación de un Beaterio, de parte del capitán Roque Falcón, quien era devoto de Jesús Nazareno. Con este dinero se pudo instalar el Beaterio de Monserrate, creándose el Instituto Nazareno. Corría el año de 1683.
Sin embargo, algunos problemas no tardaron en poner a prueba los nobles propósitos de la madre Antonia, quien había dado inicio a la construcción de casas y capillas con un altar mayor y demás instalaciones necesarias para el monasterio. Pese a contar con la aprobación del Arzobispo, el beaterio no había conseguido la licencia real. Y esta fue rechazada, ya que estaba prohibido crear fundaciones religiosas sin haberse procurado previamente la autorización que otorgaba el Consejo de Indias. Así, en 1695, una real cédula no sólo negó el permiso correspondiente sino que ordenó que las instalaciones fueran demolidas.
Por fortuna intervino Sebastián de Antuñano, quien ofreció a la atribulada madre Antonia un solar y huerta que poseía al lado de la capilla del Cristo de Pachacamilla. De esta manera el destino encaminó a la madre Antonia y sus beatas al culto del Señor de los Milagros, quedando adscritas como sus "fieles guardianas y cuidadoras". La donación de Antuñano se efectuó el 12 de octubre de 1700. A partir de entonces fue en aumento el ingreso de beatas al Instituto Nazareno, el 20 de febrero de 1720 se le otorgo la licencia real que lo convirtió en Monasterio, cuya obra sería continuada por las actuales Madres Nazarenas Carmelitas Descalzas.